Lo que todos los padres de niños activos deben saber sobre las lesiones deportivas
Por Jason Lazarus*1
Nuestro hijo de 10 años, Ryan, se desgarró el ACL (ligamento cruzado anterior) de la pierna izquierda el verano pasado. La gente suele preguntarme: ¿no es demasiado joven a los 10 años para desgarrarse el ACL? Sí, es poco frecuente en niños tan pequeños, pero no imposible. Y en el caso de los adolescentes, las lesiones del ACL (ligamento cruzado anterior) ocurren con mayor frecuencia, probablemente, debido a la especialización temprana en un deporte, el aumento de deportes de desplazamiento y al entrenamiento durante todo el año2. Algunos niños con desgarros del ACL también se desgarran el MCL (ligamento colateral medial) al mismo tiempo. Quería compartir nuestra experiencia con nuestro hijo para que otros padres de niños que practican deportes pudieran beneficiarse de lo que aprendimos. Al final de este artículo, incluyo algunos consejos adicionales para padres.
Para empezar, las lesiones del ACL (ligamento cruzado anterior) o el MCL (ligamento colateral medial o los meniscos) pueden no ser obvias de inmediato. Nuestro hijo, que se cayó sobre una de sus rodillas mientras realizaba una prueba para un equipo de fútbol bandera, sintió dolor durante menos de un día. Y si bien no podía soportar mucho peso en ese pie la mañana siguiente, por la tarde ya caminaba bien e incluso corría sin dificultad. Como medida de precaución, llevamos a Ryan para que lo examinara un ortopedista. Las radiografías no mostraron huesos rotos ni otros daños, pero al ortopedista le pareció atípico que Ryan no pudiera enderezar la pierna por completo, por lo que solicitó una MRI (imagen por resonancia magnética).
La MRI nos tomó a todos por sorpresa: mostró un desgarro total del ACL en la pierna izquierda de Ryan. También parecía que Ryan había sufrido un desgarro parcial inicial del ACL al menos seis meses antes. Los desgarros parciales de ACL, en los que no hay un rompimiento completo de todas las fibras, ocurren con más frecuencia en niños que en adultos, y es posible que aún se recomiende tratamiento no quirúrgico para ciertos pacientes. Si bien es probable que el desgarro parcial inicial del ACL de Ryan se produjera durante la temporada de fútbol, vimos todos sus partidos y nunca se quejó de ninguna lesión.
El ortopedista que consultamos inicialmente recomendó no hacer una reparación quirúrgica hasta que las placas de crecimiento de Ryan se cerraran o, al menos, durante seis años o más. También opinó que Ryan podría continuar practicando deportes juveniles siempre y cuando usara un aparato ortopédico para la pierna. Sus intenciones eran evitar alterar el crecimiento de Ryan. Históricamente, la recomendación para niños pequeños era retrasar la cirugía, incluso para ACL con desgarros totales, hasta que el niño alcanzara la madurez esquelética. Y en el caso de niños inactivos, es posible que esta recomendación aún tenga sentido. Pero para un niño activo que practica deportes todo el año, entendimos que no era el mejor consejo.
La noción más reciente en la comunidad médica es que practicar deportes con un ACL dañado y no curado puede causar daños significativos y, posiblemente, irreparables en la rodilla del niño en tan solo unos pocos meses, incluso si usa un aparato ortopédico para la pierna. Así que, después de consultar a varios ortopedistas (incluidos el Dr. Scuderi, que es también el instructor de jiu-jitsu de Ryan, y el Dr. Romano, que pasó varias horas con Ryan), todos acordamos que Ryan necesitaba una cirugía y debía dejar de practicar deportes hasta que su rodilla hubiera sanado por completo (o durante un período de siete meses a un año después de la cirugía).
Es muy importante tomar en cuenta que realizar una cirugía de ACL en un adulto, es muy diferente de una cirugía en un niño pequeño, cuyos huesos no han madurado. Las técnicas quirúrgicas utilizadas son diferentes, ya que se pone particular énfasis en evitar las placas de crecimiento del niño para no alterar el crecimiento o provocar deformidad de las extremidades en el niño. Por ende, si su hijo sufre una lesión de esta naturaleza, sería muy recomendable consultar a un cirujano ortopédico pediatra y, preferentemente, a uno con una subespecialidad en la parte del cuerpo específica en cuestión. En nuestro caso, enfocamos nuestros esfuerzos en seleccionar a un cirujano ortopédico pediatra con una especialidad en realizar cirugías de ACL “con placas de crecimiento abiertas”.
Incluso entre ortopedistas pediátricos especializados hay diferentes opciones quirúrgicas para niños pequeños con placas de crecimiento abiertas.
En nuestro caso, después de hablar con varios ortopedistas, todos nos recomendaron tres técnicas quirúrgicas muy diferentes, ninguna de las cuales era totalmente superior3. A fin de cuentas, no solo evaluamos a diferentes cirujanos, sino también las distintas técnicas quirúrgicas propuestas; esto incluyó hablar con estos cirujanos y leer material en Internet y artículos en revistas médicas. Hay que tener en mente varios factores al decidir la técnica quirúrgica apropiada para un niño con placas de crecimiento abiertas, incluido el alcance de la lesión, el nivel de actividad del niño, la edad esquelética del niño (que frecuentemente se evalúa mediante radiografías de la mano izquierda) y en qué etapa de la pubertad está el niño (también conocidas como “estadios de Tanner”). Seleccionar la técnica quirúrgica apropiada puede ser esencial para evitar la alteración del crecimiento o la provocación de deformidades de las extremidades en el niño, y para disminuir el riesgo de una lesión recurrente.
No nos sentimos limitados geográficamente al seleccionar un cirujano, ya que pudimos consultar a varios cirujanos fuera del estado muy recomendados con experiencia quirúrgica en ACL por teléfono y “Facetime”, después de enviarles las MRI y otros registros médicos de Ryan. También estábamos listos para hacer un viaje de fin de semana largo y viajar fuera del estado para una consulta prequirúrgica y la cirugía de Ryan. Además, los cirujanos pediátricos fuera del estado a quienes consultamos estaban cubiertos por nuestro seguro, por lo que la cirugía no hubiera sido mucho más costosa.
Otro factor para nosotros en el proceso de selección fue el hecho de que la técnica quirúrgica recomendada por el cirujano no estuviera dictada por su nivel de experiencia, o falta de esta, con otra técnica. El cirujano que elegimos tenía mucha experiencia en múltiples técnicas quirúrgicas, incluida otra técnica que nos recomendó no implementar en el caso de Ryan4.
Por recomendación del Dr. Romano y otros médicos, el médico que realizó la cirugía de Ryan fue el Dr. Craig Spurdle, un cirujano ortopédico pediatra de Nicklaus Children’s Hospital de Miami, Florida. El Dr. Spurdle ha realizado más de 1,500 cirugías de ACL en niños pequeños con placas de crecimiento abiertas y se capacitó con el cirujano que ayudó a introducir la técnica que respeta la fisis de la banda IT (iliotibial) realizada en Ryan.
Afortunadamente, la cirugía de Ryan fue un éxito. Después de realizar fisioterapia semanalmente tras la cirugía, Ryan espera retomar los deportes en marzo de 2018, alrededor de ocho o nueve meses desde la fecha en que fue operado. Ryan tendrá que usar un aparato ortopédico mientras practique deportes durante más o menos un año, lo que puede ayudar a reducir el riesgo de un lesión recurrente. Pero el pronóstico a largo plazo de Ryan es excelente y, como padres, esperamos volver a asistir a sus partidos durante años.
¿Qué deben aprender los padres a partir de este artículo?
- Las lesiones en el ACL (ligamento cruzado anterior) o el MCL (ligamento colateral medial, o los meniscos) de un niño pueden no ser obvias de inmediato, así que si su hijo siente dolor o está sin pleno uso de sus capacidades de movimiento, incluso si es temporal, no espere para buscar atención médica.
- Los signos de advertencia de un desgarro de ACL (ligamento cruzado anterior) o el MCL (ligamento colateral medial, o los meniscos), incluido el dolor o la capacidad de soportar peso en ese pie, pueden ser temporales, y estos tipos de lesiones no suelen aparecer en radiografías, lo que hace que el examen físico del médico y la MRI sean aún más importantes.
- Si la lesión de su hijo requiere cirugía, consulte a un cirujano ortopédico pediatra, preferentemente uno que tenga una subespecialidad en la parte del cuerpo específica en cuestión.
- Es posible malinterpretar una MRI (imagen por resonancia magnética). Por eso es aconsejable pedir una segunda opinión, incluso si el médico de su hijo opina que, según los resultados de la MRI, no hay ninguna lesión. También es aconsejable pedir una segunda opinión si se hace una recomendación quirúrgica o no quirúrgica y, de ser necesario, una tercera opinión.
- Si es posible, no se limite geográficamente al seleccionar a un cirujano calificado y con experiencia para su hijo, en especial si también está cubierto por su seguro. Seguramente, sea posible realizar la consulta inicial por teléfono, Facetime o Skype después de enviar las radiografías, MRI y otros registros médicos de su hijo.
- Existen programas diseñados para reducir el riesgo de lesiones de ACL en atletas. Por ejemplo, Jump for Sports es un programa de ocho semanas basado en la pliometría, un tipo de entrenamiento de saltos utilizado para mejorar la fuerza en las piernas, el equilibrio, la velocidad y la agilidad. Las investigaciones han demostrado que reduce eficazmente el riesgo de lesiones de ACL. El personal de este programa consiste en un equipo de medicina del deporte que atiende atletas jóvenes y en crecimiento de nivel universitario, secundario, intermedio, recreativo y de clubes. Los padres interesados pueden visitar nicklauschildrens.org/JumpForSports.
- Infórmese lo más posible y realice su propia investigación.
*Jason Lazarus es abogado en Holland & Knight LLP que se enfoca en litigios comerciales y se especializa en representar a proveedores de salud en litigios.
[1] Este artículo está dedicado al Dr. Peter Romano, un cirujano ortopédico brillante y dedicado, voluntario activo de Médicos Sin Fronteras y entrenador de deportes para niños, que falleció en octubre de este año. Estoy agradecido a los cirujanos ortopédicos a quienes consultamos mi esposa, Ryan y yo, incluidos el Dr. Romano, el Dr. Gaetano Scuderi, el Dr. James Ross, el Dr. Michael Busch, el Dr. Theodore Ganley y el Dr. Craig Spurdle. También quiero agradecer a los cirujanos ortopédicos que revisaron y comentaron este artículo, incluidos el Dr. Craig Robbins y el Dr. Robert Simon.
[2] Consulte el material de Peter D. Fabricant, MD, MPH y Mininder S. Kocher, MD, MPH, Management of ACL Injuries in Children and Adolescents, J. Bone Joint Surg Am., página 600 (2017) (donde se indica que los procedimientos de ACL [ligamento cruzado anterior] en niños menores de quince años aumentaron un 924 % entre 1994 y 2006). Si bien fuera del alcance de este artículo, los factores de riesgo extrínsecos de lesiones de ACL incluyen el tipo de deporte (siendo fútbol, baloncesto y lacrosse los de más alto riesgo para niñas y fútbol americano, lacrosse y fútbol los de más alto riesgo para niños), malas superficies de juego y la disposición de los tacos.
[3] Si bien fuera del alcance de este artículo, las diferentes técnicas quirúrgicas, y las ventajas y desventajas de cada una, se analizan en detalle en el artículo mencionado, Fabricant and Kocher, supra, páginas 602-08.
[4] Como nota al margen, uno de los amigos de Ryan al que durante varios meses le dolió la rodilla consultó a un ortopedista que, después de examinar su MRI (resonancia magnética), opinó que no tenía ninguna lesión. Pero después de una segunda opinión, se determinó que el amigo de Ryan tenía un desgarro de menisco en la rodilla que requería cirugía. Para ser justo con el primer médico, su opinión pudo haberse basado en el hecho de que la lesión era demasiado reciente y había mucha hinchazón como para detectarla.